La Otra Jarra

Estoy enamorado de una acuaria conocida

de noche en la playa. ¿Qué le hace el agua

al pez? me pregunté. Me dijo nada. Pues

ya te tengo en la red, extrañando al agua

Esa noche con otro hombre se besaba y,

me aseguró después: marinerito, en tí me fijé

La comencé a frecuentar, ella era casada

Fui amigo del matrimonio y del amante

fui su amigo. En marido se convirtió el querido

y yo, al siguiente amante conocí. Peor es nada

Y otra vez, así, el próximo galán se convirtió

en marido. Y así, de ella y del amante nuevo,

el amigo especial fui. Ella, era así. Ella era acuaria

Y así, el agua va, de jarra en jarra. Ella era acuaria 

y yo, era su agua. Con sus maridos no pasó nada

(Esa es, otra jarra)

Según ellos, yo sólo era el amigo maricón

Nadie de temer. El testigo de como los amantes

se convierten en consortes. A ella, en verdad,

no le gusta engañarlos. Por eso, seguido, 
les cambia de cama. Hasta que un día se fijó en mí.  
Quiso fuera su cónyuge y me negué, pues 
me agrada ser el amigo del amante de turno; 
el que acecha en su red al próximo pez
(Esa es mi jarra)