Después de lo que en el puerto pasó
Poco me atrevo a fondear mis naves
y mucho menos desembarcar en él;
para ir al reencuentro de los bares,
a deleitar chiquillas con serranillas
¡Es que sus pieles son tan re finas!
Y sus ademanes ineptos y vulgares
De tanto guerrear allende los mares
me da miedo beber, pensar y suceder
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