viernes, 22 de abril de 2011

CARA A CARA CON LA VIDA Y CON LA MUERTE


(pincha en el nombre)
18 abril 2011

Estoy reunida, aquí, cara a cara con la vida y con la muerte.
Sumidas en una tertulia de sólo tres, como si más nadie;
en esta noche, sentadas en el borde de un balcón
con vista al horizonte que petrificado nos mira
endurecido por el peso de los años.

La vida habla altiva del pasado, de buenos y malos pasos
de fracasos, de éxitos, de promesas colgadas en el ropero
junto a vestidos de fiesta, uniforme escolar, perfumes,
y tacos altos.

Raros trofeos guardados por años
ya cubiertos de manías angustiosas, vanas,
atosigan de vacío esos huecos que ya ni llenan
porque la existencia se ha deshojado del amor.

Magnífico discurso el de la vida empeñada en convencer,
y llevar,
por los mismos caminos, agotados,
mentirando a divagar los pasos
huellas que conducen al desdén de la soledad
y a la amargura -mariposas volando alrededor,
aleteos, sabores agrios, indiferentes,
y el olvido y los recuerdos
al alma la torturan,
y los ausentes afectos la oscuran, la pequeñecen.

El viento recio despeina los cabellos y trae a la mente
viejas sensaciones de libertad, sepultadas,
exiliadas, para no corromper,
para no llevar a la perdición el sabor persistente en la boca,
dulce, adictivo,
y la fragancia irresistible, del pecado, plasmada, en la cuarentena de la piel.

¡Oh vida, cuántas tentaciones al alcance de la mano,
cuántos despertares en brazos del engaño!


La muerte contempla el rostro asustado, ojos desórbitas, excitas,
y la locura obsequio de la vida, envuelta en papel de regalo
y la moña roja guardada en el ropero
con las cosas viejas:
el mechón de cabello, castañuelas,
zapatillas de ballet, vestidos de mis hijas
y los diplomas del colegio
y los sueños descoloridos, mustios, sin ilusiones ni esperanzas.

Infame vida plagada de luces y piedras en los bolsillos,
caminar erguida por el qué dirán;
espíritu necio, hipócrita, confundido por el color y la vanidad.


(La vida parlotea, La muerte mira con la fosa vacía de sus ojos).


No sé si despierta o dormida escucho la serenata,
la vida en su afán de trasquilarme con ella:
viajes de ensueño en el ropero; melodías hacen bullir la sangre,
dentro de la venas, sueños de bailarina, bailan con ella:
dulceamargo pesar y quejassueños quebrados.

Lágrimas aladas por las mejillas ya no tersas,
cuando aún percibía belleza
y el rostro franca sonrisa, tumbada veía el cielo,
y soñaba ojos abiertos figuras en las nubes,
guiñando el ojo ante el volar hacia la inmensidad.

Horas imaginando que el cielo era el mar
donde corría en la blanca arena un príncipe inalcanzable.

Vida no mientas más, no muestres espejismos:
Ves? ya no niña:
mujer de plenilunios en las entrañas
y orgasmos que las palabras no deben nombrar;
anda,
suelta mi mano y deja el alma en paz.

Lánguida voz estremece el costado,
la muerte que abre la boca hueca
y pienso: todo ha terminado,
sin regaños ni promesas.

Ven tétrica cúbreme con tu manto,
caminaré contigo el valle de las penas,
deshojando margaritas que lloren sombras,
lágrimas trasnochadas en el remanso de la vida
vamos
sin prisa tengo el cuerpo cansado,
por garras
carne promiscua cercenada
para gusanos y gotas de sangre
por el sendero donde los perros siguen y aúllan.

Cúbreme con tu manto siento frío, los espejos congelados,
no percibo ni alegría, ni tristeza,
quedaron prendidas al delantal de la vida
ven
llévame de la mano no conozco el camino,
se ve sombreado: árboles con brazos y piernas colgando,
confundidas las hojas muertas,
cráneos apilados en muros serpentean el sendero,
todo quieto y calmo y el espíritu sereno.

El cuerpo tendido en la arena manos florecen y reconfortan
y calman penas, muerte, llévame del sombrero
enséñame palmo a palmo
el oscuro y tranquilo remanso
y los buitres rondan y hacen su trabajo.

Camina desnuda sobre la arena gris,
el cuerpo hastiado, y caricias plateadas
sumergen en río místico borradas las huellas

No sé si despierta o dormida No sé si sueño o pesadilla:
crisálidas colgadas en las paredes y por la ventana entra la fragancia

y despierta los sentidos otra vez.




1 comentario:

  1. ::: un poema enorme de Ana, mi gran amiga y compiche, Ana de los Cielos de Sucre que tengo el honor de compartir y tener en esta caleta de letras, la casa de las mías :::

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